PREGUNTAS PARA UNA CRISIS SIN RESOLVER

12 de diciembre de 2008

Dos semanas después de los atentados de Bombay, la tensión entre India y Pakistán parece lejos de aplacarse, a pesar de los intentos de la diplomacia norteamericana por generar un clima de cooperación entre las autoridades políticas y policiales de ambos países.

Parece haber cierto consenso sobre los autores de la audaz operación de comando y los detalles de su larga preparación y sorprendente ejecución. El grupo responsable de los ataque sería Lashkar-e-Toiba (“Ejército de los puros”), un grupo armados creado por los servicios de inteligencia pakistaníes hace veinte años para combatir la presencia india en Cachemira, región que Pakistán reclama desde la partición, hace sesenta años. Por presión norteamericana e india, el grupo fue ilegalizado, aunque no necesariamente perseguido

A partir de aquí, todo son dudas e interrogantes sin despejar.

¿Seguía realmente activo ese “ejército de los puros”, o de esa supuesta franquicia del poderoso Servicio de Inteligencia Militar (ISS, en inglés: Interservices Intelligence ) ha quedado su nombre?

¿Qué grado de autonomía tienen estos grupos, se les ponga el nombre que se les ponga y sean lo que sean?

¿Hay realmente posiciones divergentes en el ejército pakistaní sobre la conveniencia de permitir la existencia clandestina de estos grupos? Y en caso afirmativo, ¿ qué intereses expresarían estas divergencias?

Fuentes norteamericanas han señalado al NEW YORK TIMES que se ha detectado presencia de Lashkar en Bangladesh, Afghanistan, áreas tribales pastunes de Pakistan e incluso en Iraq, Militantes de Al Qaeda habrían utilizado pisos francos y escondites de reclutamiento de los “puros”

¿Ha evolucionado Lashkar-e-Toiba desde intereses puramente limitados a Cachemira a una concepción de lucha jihadista más global? ¿Existe realmente una conexión entre los autores de los atentados de Bombay y la constelación encarnada por Bin Laden?

¿Quien manda realmente en Pakistán? ¿Tiene el presidente Zardari (viudo de Bhutto) algún control efectivo sobre las actuaciones del Ejército pakistaní? Por lo mismo, ¿se atrevería Zardari a contravenir una decisión del mando militar? En los primeros días después del atentado sus ofrecimientos de visitas oficiales a la India para ofrecer colaboración y presentar condolencias fueron dolorosamente abortadas por los militares.

La CIA y otros servicios de información están trabajando intensamente con sus homólogos indios en la investigación del atentado. La cooperación entre Washington y Delhi se ha incrementado sustancialmente en la última década. Por eso no es extraño que algunos de los datos más relevantes sobre la madeja de implicaciones, complicidades e hipótesis procedan de los servicios norteamericanos.

¿Qué grado de conocimiento tiene la inteligencia norteamericana del grado de implicación de los servicios secretos militares pakistaníes en la financiación, adiestramiento, suministro y funcionamiento operativo de estos grupúsculos?

India mantiene una intensa actividad de espionaje e inteligencia en Afganistán, todo indica que con la activa colaboración del gobierno de Karzai y de los militares norteamericanos.

¿Por qué fallaron tan estrepitosamente los servicios indios de inteligencia, cuando en febrero ya detectaron la preparación de una operación muy similar a la ejecutada finalmente en noviembre? ¿Estaba la CIA y la inteligencia militar norteamericana al corriente de la información que barajaban los indios?

¿Pudieron impedirse los atentados de Bombay?

Otros interrogantes se refieren no tanto a las intenciones, responsabilidades e implicaciones de los atentados, sino a las consecuencias a medio plazo.

¿Podrá Estados Unidos –esta administración, pero sobre todo la de Obama- mantener bajo control la tensión creciente entre los dos países? ¿Podrá disuadir Washington al gobierno indio de que evite atacar bases militares de los radicales islámicos en Pakistán, si este país no les entrega a los detenidos en los últimos días?

¿Podrá resistir Zardari si la India incrementa la presión y el Ejército, una vez más, se presenta como garante de la unidad y la independencia nacional frente a la amenaza de represalias militares indias?

En caso de que la tensión siga en aumento y Pakistán desplace unidades militares a la frontera con la India desde la zonas tribales pastunes adyacente a Afganistán, ¿se debilitaría la lucha contra las líneas de aprovisionamiento de los talibanes en esas regiones, donde se mueven como peces en el agua?

¿Constituye un escenario inverosímil que las facciones militares pakistaníes más cercanas a los radicales islámicos puede hacer con el control operativo del Ejército y chantajear a India con el arma nuclear?

¿Cómo afectaría una escalada indo-pakistani en la anunciada estrategia de Obama de reforzar los efectivos del Pentágono en Afganistán? En caso de agravamiento de la crisis en el sur de Asia, ¿se verá obligado Obama a acelerar la retirada militar de Irak? O, en caso contrario, ¿soportará la economía norteamericana un esfuerzo militar sostenidos en estos dos escenarios de tan inquietante desarrollo y tan incierto resultado?

Disculpen uds tantas preguntas sin respuestas solventes.

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