11 de marzo de 2020
El
mundo se mueve al ritmo de la propagación del Coronavirus y del relato muchas
veces alarmista de unos medios abonados al opiáceo del espectáculo catastrófico.
El despotismo informativo hace que los asuntos perentorios desplacen a los
necesarios análisis de fondo. El interés se centra prioritariamente en los
avances del virus y en los esfuerzos por aislar/proteger/tranquilizar a la
población. Los Estados tratan de buscar soluciones que refuercen el control de
la infección con la preservación de las libertades y el sostenimiento del
sistema productivo. Pero se habla mucho menos de las carencias de los sistemas
sanitarios, como consecuencia de años y años de recortes.
Entretanto,
otros conflictos, potencialmente tan peligrosos o más, quedan fuera o muy marginados
en el radar mediático. Intentamos compensarlo con una rápida puesta al día de
hechos y claves.
SIRIA:
ECOS DEL PULSO RUSO-OTOMANO
La
tensión entre el gobierno local y la vecina Turquía por la evolución de los
acontecimiento en la región de Idlib, única parte importante del país que
todavía escapa al control del gobierno de Damasco, ha obligado a Moscú a un
pacto de contención. Las dos figuras autoritarias más notables de la periferia
europea, Erdogan y Putin, tuvieron que emplearse a fondo para combinar su doble
juego con una engañosa vocación conciliadora.
Tras
una tensa cumbre de cuatro horas acordaron un alto el fuego que recordaba al de
2015. Entonces, un caza ruso fue derribado por la defensa antiaérea turca poniendo
a las dos potencias al borde de una guerra frontal; en esta ocasión, más de treinta
soldados turcos murieron en una emboscada supuestamente perpetrada por el
ejército sirio, pero bajo el amparo del dispositivo militar ruso desplegado en
Siria.
Estos
días se han vuelto a evocar los ecos de la histórica confrontación entre los desaparecidos
imperios otomano y zarista. Erdogan y Putin han utilizado parte de su retórica
y sus recursos propagandísticos para dorar sus blasones políticos. Un juego
peligroso cuyos réditos podrían ser de corto vuelo pero de alto potencial destructivo.
Putin corteja a Erdogan con el propósito principal de afianzar la brecha en la
OTAN (1).
GRECIA:
UNA NUEVA CRISIS DE REFUGIADOS
Derivada
del anterior conflicto, se agranda por momentos una nueva crisis de refugiados aunque
de dimensión menor a la de 2015. El incremento de los desplazados sirios que las
autoridades turcas han permitido dirigirse hacia Grecia, con el consiguiente
problema humanitario y político, ha vuelto a agriar las ya ríspidas relaciones
entre la UE y Turquía.
De
nuevo, Erdogan desafía a la indecisa y asustadiza Europa, que hace piruetas
imposibles entre su discurso de conciencia y el miedo a que el asunto se le
escape de las manos y propicie otro brote del nacional-populismo xenófobo. La
Comisión le ha prometido 700 millones de euros al gobierno del conservador
Mitsotakis para salir del paso. Pero tendrá que pactar con el líder turco una
revisión de lo acordado en 2016. Entonces, tras el repliegue que siguió a la
reacción compasiva la UE, puso en manos del aspirante turco la contención del
problema (2). Con Alemania en plena crisis sucesoria de liderazgo y Francia en
vísperas de unas elecciones que pueden confirmar la fragilidad del presidente,
las respuestas serán esquivas. Italia, otro foco de inestabilidad, es ahora epicentro
de la amenaza vírica. El ultra Salvini utiliza sin rubor la crisis para
agudizar las contradicciones de la acrobática coalición de gobierno.
AFGANISTÁN:
LA PAZ DE LAS PRISAS
El
acuerdo de alto el fuego entre norteamericanos y taliban en Afganistán sigue
sin convencer al gobierno de Kabul, marginado en las negociaciones y sometido a
una división interna en absoluto novedosa, con dos autoproclamados presidentes.
La sociedad civil tiembla ante las prisas de Trump por dejar el país antes de
noviembre y la más probable reanudación de la guerra. Otro fracaso del proyecto
neocon, que Obama no pudo o supo atajar (3).
ISRAEL:
LAS VIDAS POLÍTICAS DE NETANHAYU
El
bloqueo político en Israel después de tres elecciones en menos de un año. Las
correcciones de las urnas han sido mínimas. Netanyahu se mantiene pero no araña
los apoyos suficiente para tener la mayoría que le permita formar gobierno. El
partido de los generales (Kavol Lahan: Azul y Blanco) fracasa de nuevo
en su empeño de poner fuera de circulación al primer ministro aireando sus casos
de corrupción, que la Justicia abordará la semana que viene. Los partidos árabes,
unidos en una sola lista, alcanzan su mejor resultado histórico y dificultan un
acuerdo flexible.
Para
evitar unas cuartas elecciones que difícilmente trajeran la solución, se vuelve
a plantear un gobierno de unidad nacional, pero los adversarios de Netanyahu,
centristas o extremistas, se resisten, para no dar más vida al mayor gato político
en la historia del país (4).
INDIA:
EL PELIGRO PROYECTO NACIONAL-AUTORITARIO DE MODI
El creciente malestar de la comunidad
musulmana y de otras minorías de la India por el empuje del programa
nacional-autoritario del primer ministro Modi y sus organizaciones racistas aliadas
(5).
Desde
la última crisis de Cachemira, a finales del pasado año, la hindutva, una
suerte de proyecto de depuración étnico, religioso y político del gobierno está
agravando las tensiones sociales. La represión de los focos de protesta, como
el de hace un par de semanas en Delhi, agitan un peligroso polvorín y agudiza
los factores de fricción con el vecino Pakistán.
USA:
LAS DECEPCIONANTES PRIMARIAS DEMÓCRATAS
El
triunfo de Biden en Michigan y otros estados del Alto Medio Oeste le pone la
nominación al alcance de la mano. El establishment se ha salido con la
suya. Podrá manejar sin problemas a un candidato flojo, proclive al gafe y a la
confusión, coequipier de Obama pero antagonista en estilo, empuje y
sustancia. Las bases demócratas progresistas no ocultan su decepcionadas. El
relato de un triunfo más probable frente a Trump en noviembre es más que discutible.
La incógnita ahora es si Sanders seguirá peleando, como en 2016, o se avendrá a
un engañoso frente unido.
El
coronavirus (con su cadena imprevisible de efectos) podría ser un enemigo mucho
más fuerte para Trump que Biden, incluso con un partido demócrata aparentemente
cohesionado. Si EEUU entra en recesión, como se temen algunos analistas, los
apoyos del presidente actual se podrían volatilizar rápidamente. Aunque la trama ucraniana, generadora del proceso del impeachment,
podría reaparecer, el debate se centraría en la supuesta fortaleza de América
que Trump prometió en 2017.
NOTAS
(1) “Putin and Erdogan reach accord to halt
fighting in Syria”. NEW YORK TIMES, 5 de marzo. “Russie, Iran et Tuquie
auront bon multiplier les accolades au sommet; ells n’ont pas le mêmes desseins
sur l’avenir de la Syrie”. ALAIN FRANCHON. LE MONDE, 7 de marzo.
(2) “Europe’s morality is dying at the Greek
border”. PAUL HOCKENOS. FOREIGN POLICY, 5 de marzo; “Refugiés: la Grece
refuse toujours d’ouvrir ses frontiers”.LE COURRIER DES BALKANS, 5 de marzo; “L’UE
face le cinisme de la Turquie”. EDITORIAL. LE MONDE, 6 de marzo.
(3) “Us-Taliban peace deal: a road to nowhere”.
JOHN ALLEN. BROOKINGS INSTITUTION, 7 de marzo; “After 18 years, is this peace
deal or just a way out”. DAVID SANGER. THE NEW YORK TIMES, 1 de marzo; “Afghanistan:
une paix en forme de défaite. EDITORIAL. LE MONDE, 4 de marzo.
(4) “Strike three: How a ruling coalition still
eludes Israel’s Nentayahu”. DAVID AARON MILLER. CARNEGIE ENDOWMENT, 5 de marzo.
(5) “How Hindu supremacists are tearing India
apart”. SAMAN SUBRAMANIAN. THE GUARDIAN, 20 de febrero.