6 de noviembre de 2016
Aunque Hillary Clinton parece estar a punto de convertirse en la primera mujer electa como Presidenta de los Estados Unidos, su equipo de campaña elude la mínima impresión de triunfalismo. Por el contrario, en declaraciones y en actos, se extrema la cautela y se emplean todos los medios para conquistar votos que se presumen dudosos o esquivos.
La amenaza de los emails sobre Hillary Clinton se desvanece.
El FBI admite que no hay materia para continuar las investigaciones por el
momento, ratificando la posición adoptada en julio, que descartaba la comisión
de delito. La aparente última bala de Trump se pierde en el vacío.
Aunque Hillary Clinton parece estar a punto de convertirse en la primera mujer electa como Presidenta de los Estados Unidos, su equipo de campaña elude la mínima impresión de triunfalismo. Por el contrario, en declaraciones y en actos, se extrema la cautela y se emplean todos los medios para conquistar votos que se presumen dudosos o esquivos.
En la
noche del sábado estuve presente en un acto electoral de Hillary Clinton en
Filadelfia. El principal mensaje de la candidata demócrata fue la enérgica
llamada al voto. Apenas si mencionó de pasada a su adversario. Habló en tono
positivo, de esperanza, de mejorar la vida de los norteamericanos, especialmente
de los más vulnerables, y de la importancia trascendental de la educación. Ante
un público entregado, puso especial énfasis en resaltar que estas elecciones
pueden marcar con gran claridad el rumbo del país, de ahí la importancia de una
gran participación ciudadana.
La abstención es, por tanto, la
principal preocupación de los demócratas. El descenso de la participación de
los afro-americanos en el voto anticipado (el equivalente a nuestro voto por
correo) inquieta especialmente. Como reflejo de ello, Hillary volverá de nuevo
a Filadelfia el día antes de las elecciones, acompañada por el Obama y su
esposa, Michelle. El Presidente está mostrándose muy activo en este final de
campaña. Otra celebridad afro-americana, el jugador de baloncesto Lebron James,
intentará capturar rebotes para Hillary en Cleveland, uno de los baluartes
negros del importante estado de Ohio.
Otra debilidad de la candidata
demócrata son los votantes más jóvenes (los milenials),
que apoyaron a Sanders en las primarias. El candidato socialista también está
participando a diario en actos a favor de Hillary para intentar aportarle votos
que pueden ser decisivos para afianzar su ventaja.
Finalmente, los latinos, otra
cantera inclinada mayoritariamente hacia el bando azul, podrían ser menos decisivos
de lo que resultaron para Obama. A pesar de sus despectivos comentarios hacia
los inmigrantes, atenuados en las últimas semanas, Trump parece haber seducido
a ciertos segmentos socialmente conservadores de la comunidad hispana
En los últimos días, el magnate continúa
en la línea adoptada tras el último debate de suavizar su tono y contener su
lengua, aunque se muestre muy combativo con su adversaria.
El
promedio de los sondeos sobre el voto general indica una ventaja mínima de
Hillary (menos de dos puntos; es decir, dentro del margen de error). Esta cifra
permite a los medios resaltar una emoción muy conveniente para mantener la
atención de las audiencias.
En todo caso, cuenta poco la
intención nacional de voto. Lo que importa es la tendencia en los estados
claves o indecisos (swing states),
porque es en cada estado donde se obtienen los miembros del colegio electoral, los
que, al cabo, eligen al vencedor.
Del análisis del mapa electoral se
desprende que el candidato republicano tiene muy difícil la victoria, aunque no
imposible, por supuesto. En los estados más apretados, sólo parece contar con
ventaja relativamente clara en Ohio, pero necesita victorias también en Florida,
Carolina de Norte, Pensilvania, Nevada y algún otro. Y, naturalmente, no sufrir
una sorpresa desagradable en algunos de los estados que votan tradicionalmente
republicano pero este año aparecen como rojos pálidos en los mapas de
previsiones. Por todo ello, la mayoría de los expertos siguen pensando en un
triunfo de Hillary Clinton, incluso en un gran triunfo, según los más audaces.