PARIS HA VIVIDO SU 11-M

14 de Noviembre               

No es la primera vez que un sobresalto terrorista golpea a la capital francesa, por supuesto, pero el ataque múltiple del 13 de noviembre, por su amplitud y su impacto (120 muertos)  no tiene precedentes, como acertadamente señaló Hollande a los pocos minutos de ser evacuado del Estadio donde presenciaba un partido de fútbol internacional.
                
No están esclarecidas completamente las circunstancias en las que produjeron los sucesivos atentados (parece que seis) ni el proceso que condujo a la actuación policial en la sala de conciertos Bateclan, donde un grupo terrorista tomó como rehenes a sus ocupantes.
                
A la espera de completarse el conocimiento preciso y riguroso de lo ocurrido, pueden avanzarse algunas consideraciones.

                
1) El Daesh ha confirmado que con sus actos terroristas de la noche del viernes en París ha querido responder a la participación de Francia en la guerra de las grandes potencias  contra la organización yihadista en Irak y Siria, intensificada en las últimas semanas con operaciones militares de gran envergadura.
                
2) Francia se confirma como objetivo preferente de las represalias yihadistas. Sólo en este año, el país vecino ha sufrido tres sobresaltos terroristas: el ataque a la revista satírica 'Charlie Hebdo' (enero) el atentado frustrado en el tren de alta velocidad Ámsterdam-París (agosto) y ahora el múltiple asalto del 13 de noviembre.
                
3) La vulnerabilidad de Francia no debería explicarse necesariamente por la debilidad o deficiencia de sus fuerzas y sistemas de seguridad, sino por la enorme amplitud de la amenaza interna. Francia es uno de los países europeos con una mayor proporción de población que puede ser potencialmente captada por el terrorismo islamista.
                
4) Otro motivo del apetito terrorista por Francia es el papel especialmente activo que ha desempeñado el estado galo en las operaciones militares contra el Daesh en Iraq y Siria. Sólo Estados Unidos le ha superado, aunque muy ampliamente, en intensidad y contundencia.
                
5) El análisis de lo ocurrido debe ir más allá de las necesarias y comprensibles declaraciones de condolencia y condena. Se impone una reflexión más profunda sobre el fenómeno del terrorismo islamista. Por duro que resulte siquiera evocarlo, las sociedades occidentales deben asumir que cuando se declara una 'guerra contra el terrorismo' las víctimas no pueden caer siempre del mismo lado. Por repugnantes que sean los principios y las actuaciones de grupos fanáticos como el Daesh, no puede eludirse una consideración autocrítica sobre las políticas occidentales en Oriente Medio. 

                
6) Dos días antes del ataque múltiple en París, el Daesh golpeó Beirut con un doble atentado suicidio que provocó más de cuarenta muertos en la humilde barriada de Bourg El Barajneh, donde se encuentra uno de los principales campamentos de refugiados palestinos. Esta zona del sur de la capital libanesa se halla bajo control de Hezbollah, la formación política-militar chií que combate contra el Daesh en Siria. Este atentado amenaza seriamente la muy precaria estabilidad del Líbano. La atención prestada ha sido lamentablemente escasa.

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