CAPITALISMO DE CASINO: MCCAIN, EN EVIDENCIA; OBAMA RECUPERA LA INICIATIVA

19 de septiembre de 2008

El capitalismo de casino ha quebrado en Estados Unidos. La profecía neoliberal que auguraba una prosperidad duradera e indestructible basada en la desregulación y la práctica desaparición del Estado del mundo económico y financiero ha resultado un fraude estrepitoso, cuyas consecuencias aún están aún por calibrar.

No tardaron los dos candidatos principales en reaccionar a los huracanes que han puesto a Wall Street en estado de alerta catastrófica. Lo tenía más difícil McCain, con su discurso contradictorio y de circunstancias. El candidato republicano acostumbra a patinar tanto en sus opiniones sobre economía que tuvo hace semanas que admitir públicamente que no era especialmente experto en la materia. Para compensar el déficit, tiene que rodearse de asesores y especialistas. Nada que reprocharle por ello. Lo preocupante es que a McCain le cuesta componer un discurso coherente por el elenco tan contradictorio que ha reunido a su alrededor. No se trata de que equilibrar posiciones, para considerar todos los puntos de vista posibles. Lo que se le reprocha al senador por Arizona es una dirección estratégica.

En marzo decía que no era partidario de más regulaciones: al contrario, defendía recortar las existentes, por considerar que “destruían a las familias norteamericanas”. Al día siguiente del sobresalto en Wall Street, se presentaba en un anuncio de televisión como el defensor de “medidas mas duras para proteger los ahorros de toda la vida”. El martes decía que no sería buena idea que el Estado reflotara la aseguradora AIG y el miércoles se tuvo que tragar precisamente esa medida y componer la figura, con el argumento de que era un “mal necesario”. Con el paso cambiado, McCain acudía a un discurso populista en uno de los tradicionales estados industriales del país, Michigan, como adalid de la clase trabajadora, frente a la “codicia” de Wall Street. La propaganda lo aguanta todo, pero ni siquiera prominentes republicanos –consultados por THE WALL STREET JOURNAL- creen en privado que esa estrategia le lleve a la Casa Blanca.

El NYT, que cada día le escamotea más el reconocimiento de su competencia para dirigir el país, no ha pasado la oportunidad de señalar la inconsistencia –y hasta lo “preocupante”- de su discurso económico. “McCain lanza suntuosos elogios a los trabajadores, pero ignora sus problemas. Todo un insulto”.

No deja de ser llamativo que su principal asesor financiero sea precisamente John Thain, el principal ejecutivo de Merril Lynch, uno de los bancos de inversión afectados fatalmente por la crisis de las hipotecas basuras. No era el que quebró (Lehman Brothers), pero si el que tuvo que ser adquirido in extremis por el Bank of América, por la mitad de lo que supuestamente valía a primeros de año, para evitar su irremisible hundimiento. Muchos analistas pronostican que Thain formará parte del equipo económico de un eventual Presidente McCain.


Obama, a favor de corriente, aprovechó la circunstancia para señalar las contradicciones de McCain y su inconsistente mensaje de cambio. En su haber, Obama puede acreditar que ya a primeros de año llamó la atención sobre las subprimes (hipotecas basura), los hedge funds (fondos de alto riesgo) y las alarmantes cabalgadas especulativas sobre el alambre que se practicaban en Wall Street.

Pero lo más relevante del discurso de Obama de estos días es que se ha atrevido a decir que no es sólo la “codicia” la causante de los problemas, como ha asegurado McCain, sino la liquidación de la responsabilidad del Estado, que su rival conservador ha venido defendiendo estos años de administración republicana.

El senador por Illinois defiende claramente la necesidad de que los poderes públicos aseguren un control efectivo, riguroso y responsable del funcionamiento de los mercados financieros, para hacerlos más transparentes, seguros y eficaces. Obama anunció la creación de una Comisión que haga un seguimiento exhaustivo de los peligros financieros e informe puntualmente a la Casa Blanca y al Congreso. El perfil es claramente socialdemócrata y constituye un avance indudable con respecto a lo vivido en los últimos años. Pero su propuesta es muy general, poco detallada, y los que, desde la izquierda, analizan su programa echan de menos mayor concreción y compromiso.

La crisis financiera ha contribuido a desvanecer, al menos de momento, la rutilante estrella Palin. En cierto modo, los republicanos habrán respirado, porque la puesta en escena de la running mate de McCain en su primera entrevista pública fue decepcionante. El asunto dominante –política exterior y de seguridad- no le era ciertamente muy propicio por su inexperiencia manifiesta en esas lides. Pero la gobernadora de Alaska no sólo demostró esas comprensibles carencias: abonó los temores de que su elección ha respondido más a la necesidad de un golpe de efecto que a una selección por mérito y capacidad.

No hay comentarios: