26 de Febrero de 2015
Estados
Unidos prepara una contraofensiva para obligar al Estado Islámico a replegarse
o entregar algunas de sus más preciadas y emblemáticas conquistas, en especial
Mosul, la segunda ciudad iraquí.
El
anuncio de estos planes ha provocado la polémica en Washington... y en Bagdad. Los
dos senadores republicanos que hace de portavoces de su partido en política
exterior y militar, McCain y Graham, reprocharon a la administración que
hubiera diera pistas al enemigo, "como nunca recordaban haber visto
antes".
La
'indiscreción', si de eso se trataba, provino de los militares, que ofrecieron
una descripción bastante específica de la operación, incluyendo dimensión de
los efectivos (unos 25.000 hombres) y fechas previstas (abril o mayo). Los militares
explicaron que el anuncio se hizo para provocar el pánico de los jihadistas, lo
cual, así dicho, eliminaría el supuesto efecto que se quisiera crear.
La
Casa Blanca y el flamante jefe del Pentágono, Ashton Carter, se desmarcaron de
los uniformados, en parte para librarse de las críticas, pero sobre todo para
calmar al irritado gobierno iraquí, que no había sido informado previamente de
los planes. En Bagdad se lamentan de que el anuncio haya contribuido a dar la
sensación (por otra parte cierta) de que son los norteamericanos y no los
iraquíes los que lideraran la ofensiva. La operación en tierra será efectuada
por fuerzas iraquíes (del ejército regular y de los pesh mergas kurdos) y
contarán con el respaldo de la aviación norteamericana, tal vez con la
participación de unidades de élite que ayuden a precisar los objetivos de los
bombardeos aéreos (1).
¿OTRA
FALLUJAH?
Pero
más allá de este patinazo, desde hacía semanas los analistas ya predecían que
Estados Unidos no podía seguir esperando mucho tiempo para crear una nueva
dinámica en la lucha contra los extremistas islámicos. Ciertamente, la ofensiva
del DAESH (así debemos llamarles, por sus siglas en árabe) se detuvo con la
campaña de bombardeos, y luego apreciablemente desde el comienzo del invierno.
En las dos últimas semanas, los aliados kurdos han ganado posiciones en torno a
Kobani, una de las batallas señeras de esta guerra.
No
hay información concluyente de inteligencia sobre cuál puede ser la respuesta
de los extremistas. Se cree
que la ciudad está controlada por no más de dos mil milicianos potentemente
armados. Algunos expertos predicen que el DAESH tratará por todos los medios de
proteger sus posiciones, pero también puede emprender maniobras de distracción
en otras zonas. En todo caso, se prevé un combate duro, según Kenneth Pollack,
un ex-analista de la CIA que ahora colabora con la Brookings Institution.
Otro
experto, Michael Knights, del Instituto de Washington para Oriente Próximo,
predice una resistencia feroz en el sector occidental de Mosul, por ser esta
parte de la ciudad predominantemente árabe, mientras los kurdos están más
presentes en el este. Según esta opinión, asistiríamos a una 'nueva Fallujah',
la ciudad donde se han librado las batallas más sangrientas en la reciente
historia de Irak, durante la invasión norteamericana primero, y en la ofensiva
del ISIS/DAESH, en enero de 2014 (2).
Al
margen de estos cálculos y especulaciones, se detectan ciertos signos de fatiga
y repliegue de este grupo militar que ha trastocado el juego en la región. Esta
impresión es válida para Irak, pero no tanto para Siria, donde las fuerzas
gubernamentales parecen afianzar e incluso avanzar posiciones, en particular en
la zona de Alepo, pero no a costa del DAESH, sino de los otros grupos de la
oposición armada más pro-occidentales, para entendernos.
RAQQA,
TESTIMONIO DEL TERROR
En
la ciudad siria de Raqqa, considerada como 'capital' del Califato, se sigue
viviendo un clima aterrador, según el testimonio de un activista de la
resistencia (nombre supuesto), que pública
THE GUARDIAN (3).
Los
hombres en edad de luchar permanecen atrapados en la ciudad: no pueden salir de
ella, bajo pretexto alguno. Quienes pueden escapar saben que, de inmediato,
perderán sus casas, ya que son confiscadas de inmediato, en cuanto se detecta
la fuga. La población de Raqqa se ha reducido a la mitad (de un millón a
400.000 habitantes).
Las
mujeres no están exentas de sufrimiento, sino todo lo contrario. Están
obligadas a entregar su cuerpo a los combatientes para su satisfacción carnal.
La tensión militar actúa como un precipitante sexual. Los milicianos han
requisado la Viagra de las farmacias y acumulan amantes en sus guaridas.
No puede hablarse de 'parejas'. Las mujeres rara vez conocen la identidad real de
los hombres a las que son entregadas: solo conocen sus apodos de guerra.
Tampoco
los niños se salvan de los efectos directos de la guerra. Como hasta hace poco
estaban cerrados los colegios, los escolares deambulaban por las calles. A
muchos les atraen con la exhibición de
las armas, como si se tratara de un juego. Los colegios están sometidas a un
fuerte control ideológico. Los intentos de establecer escuelas clandestinas han
sido castigados con ejecuciones sumarias de sus promotores.
En
fin, una narrativa del horror que puede tratarse con la mayor cautela, pero que
seguramente no se aleje en exceso de la terrible realidad. El fin de este
'reinado' no parece próximo en Raqqa ni en la mayor parte del territorio sirio
que ahora permanece bajo control de DAESH. La ofensiva de primavera en Irak, de
confirmarse, no implicará necesariamente el final rápido del 'Califato'.
Como
sostiene una de las principales estudiosas de este fenómeno extremista, Audrey
Kurth Cronin, ISIS/DAESH no es propiamente una organización terrorista, sino
algo más complejo, que exigirá de Estados Unidos mucha paciencia, habilidad
diplomática para aunar esfuerzos, coherencia en las políticas de prevención y
control, campañas de contra-información y sensibilización y un largo catálogo
de medidas en todos los ámbitos. Nada de ello puede sustituirse por una guerra
convencional, por tentador que ello resulte (4).
(1) "Pentagon in damage control mode after detailing
Iraq ofensive". KATE BRENNAN. FOREIGN
POLICY, 24 de Febrero.
(2) La opinión de Pollack y Knights están recogidos en un
artículo del NEW YORK TIMES, del 21 de febrero.
(3) "Inside the Islamic State 'Capital': no end insight
to its grim rule". ABU IBRAHIM AL-RAQQAWI. THE GUARDIAN, 25 febrero.
(4) "ISIS is not a terrorist group". AUDREY
KURTH CRONIN. FOREIGN AFFAIRS, Marzo-Abril 2015.
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