11 de junio de 2024
La ultraderecha puede aún disputar a los socialistas la condición de segundo partido más numeroso del Parlamento Europeo. Los primeros análisis realizados por los medios pasaron de puntillas por la composición final de la Eurocámara. El alivio que les produjo a la mayoría el mantenimiento de la dupla del consenso centrista en que se ha venido apoyando la gobernanza de Europa hizo que se obviara con demasiada rapidez un escenario más complicado.
UN PELOTÓN ULTRA POR DEFINIRSE
Según los resultados provisionales, los partidos nacionalistas conservadores, identitarios y populistas sumaban un total de 131 escaños, 73 del Grupo Conservador y Reformista Europeo (CRE-ECR) y 58 de Identidad y Democracia (ID); entre ambos, apenas 4 menos de los que han obtenido los socialdemócratas (135).
Sin embargo, hay 100 diputados que aún faltan por ubicar. De ellos, 45 figuraban en la legislatura pasada en el Grupo de No adscritos (similar al mixto, en la terminología española); los 55 restantes se estrenan ahora y no han definido su pertenencia, o no lo han cerrado o iniciado las negociaciones con los grupos existentes. En estos dos grupos no cuajados hay partidos que son claramente de extrema derecha y, por tanto, se integren o no en ECR o ID -o en el que resultara de la fusión de ambos, si se solventasen las diferencias- votarán de forma similar a ellos. Veamos los casos.
-AfD (15 diputados, segundo puesto en las elecciones con casi un 16% de los votos). Estos alemanes pertenecían hasta hace sólo unos días a ID, pero fueron expulsados por iniciativa de Marine Le Pen , tras unas declaraciones de su principal candidato en las que afirmó que no todos los SS fueron criminales. La financiación china y rusa de la AfD constituye otro factor de rechazo, en un momento en que la ultraderecha europea quiere dar la impresión de que se aleja del Kremlin.
-FIDESZ (10 diputados). El partido del Primer Ministro húngaro, Víctor Orban, también fue expulsado la legislatura pasada de su grupo original, en este caso el Popular, tras un pulso muy agrio relacionado con el cumplimiento de las normas del Estado de Derecho. Los alemanes intentaron mantener a Orban embridado, pero finalmente no fue posible. El líder del FIDESZ lleva semanas negociando su futuro en Europa. Su actitud conciliatoria con Putin hace que los polacos e italianos del ECR se opongan a acogerlo. Le Pen es más flexible, aunque tampoco está convencida, sobre todo si eso tensa las relaciones con Meloni y Kaczynski.
-SMER (5 diputados). Formaba parte hasta hace poco del Grupo Socialista, pero su deriva nacional-populista, le valió la expulsión. Su líder, Robert Fico fue víctima de un atentado fallido en la campaña electoral. Se ignora si esta circunstancia ha tenido alguna influencia en su estupendo resultado. Con casi el 25% de los votos, ha sido el claro ganador. El partido no tiene una clara orientación ultraderechista, pero apoyará los intentos de endurecer las políticas de inmigración y asilo. Comparte con Orban las buenas relaciones con Moscú.
A estos 30 diputados de partidos veteranos en Europa, coincidentes en el grupo de NA, se unirán ahora otros 17 debutantes. Son los siguientes:
-KONFEDERACJA (6 diputados). Estos polacos son aún más extremistas que el PiS. Se pueden considerar como el resultado de una confluencia de corrientes y pequeños partidos monárquicos y ultraconservadores. En cambio, son neoliberales en materia económica. Han sido muy críticos con el PiS, al que acusan de haberse corrompido en el poder. Tienen un discurso anti-élite, que algunos han reconocido como cercano a los inicios de la Lega Nord, en Italia. No está claro si intentará negociar con ID o preferirá mantener su independencia en el NA.
-AUR (5 diputados). Estos rumanos también son nuevos en el PE. Es muy activo en la defensa de las minorías rumanas desperdigadas por el centro y el sureste de Europa. Xenófobos a machamartillo, pretenden ser acogidos por el Grupo ECR.
-REVIVAL (3 diputados). Los nacionalistas conservadores búlgaros se encuentran muy divididos en un terreno político muy fragmentado y volátil. Esta formación es la que parece haber salido más reforzada de un ciclo electoral interminable. Está muy por detrás de conservadores y liberales, pero moviliza a un sector ultranacionalista de la sociedad búlgara. Parece más afecto al estilo del ECR.
-TAL NACIÓN (1 diputado). Esta otra formación búlgara tiene un perfil más populista. Es el resultado de una más de las iniciativas impulsadas por hombres de negocios desde la salida del comunismo, sin una disciplina ideológica definida, pero anclados en la derecha. Podría encontrar mejor acomodo con ID o mantenerse en el NA.
-MY HAZÁNK (1 diputado). Esta formación húngara ultranacionalista parece haber cogido el testigo de JOBBIK, después de que ésta formación evolucionara hacia posiciones templadas, que le acercaron al Grupo Popular europeo, aunque no haya obtenido la recompensa esperada. El nuevo grupo ultra conecta con la tradición histórica del Almirante Horthy, aliado de los nazis. Podría ser demasiado radical incluso para los dos grupos de extrema derecha del PE.
-DANMARKS DEMOKRATERNE (1 diputado). La “renovación” de las propuestas nacionalistas y xenófobas no sólo ocurren en el Este. En la otrora acogedora Dinamarca, el declive del Partido del Pueblo danés (su representación se ha reducido a un solo asiento en la Eurocámara, en la bancada de ID) ha alentado el nacimiento de otras formaciones como DD. Aunque aún no está cerrada la negociación, ha manifestado su intención de unirse al Grupo ECR.
Con estos 47 diputados adicionales, tanto si se suman a ECR o a ID o si se mantienen en el de NA, la ultraderecha superaría ampliamente a los socialdemócratas y se convertiría, de facto, en la segunda opción política del PE.
El Grupo SD sólo parece estar en condiciones de añadir a su bancada al diputado de HLAS, una pequeña formación eslovaca que rompió con el SMER. El resto de los NA o de los pendientes de ubicar parecen encaminarse hacia otros derroteros. El Movimiento 5 estrellas, (8 diputados), aunque pactó con el PDI antes de la marea derechista en Italia, no parece un socio potencial de los socialistas.
EL DOBLE JUEGO DE VON DER LEYEN
Si se confirmara el reagrupamiento nacionalista conservador, identitario y populista, la denominada ultraderecha tendría apenas media docena de diputados menos que el Grupo Popular. Meloni y Le Pen podrían hacer valer estos números para sembrar dudas en Úrsula Von der Leyen y los populares alemanes acerca de la alianza más conveniente a medio plazo. La Presidenta de la Comisión ha dicho que “los extremos, por la derecha y por la izquierda, han ganado apoyo, pero el centro ha resistido”.
No se ve bien qué avances ha experimentado lo que ella llama “extrema izquierda". La izquierda crítica cuenta con los mismos diputados que tenía en el Parlamento saliente, pero cinco menos que al principio de la legislatura, tras las elecciones de 2019. Esa pérdida se puede ver compensada por los seis diputados obtenidos por el nuevo partido alemán, escindido de Die Linke y liderado por Sarah Wagenknecht.
Por otro lado, Von der Leyen no ha tenido reparos en cooperar con una de las dirigentes de esa “extrema derecha”, la italiana Meloni, para exhibir el endurecimiento de la política migratoria. Entre la convergencia con el nacionalismo identitario y la defensa del “centrismo”, la Presidenta no ha dudado en practicar un doble juego. Igual que el jefe del Grupo Popular, el también alemán, rama CSU, Manfred Weber.
¿PIRÓMANO O ESTRATEGA?
No hay que descartar otro giro, si la última jugada de Macron sale mal. La debacle del partido presidencial y sus satélites ha sido de órdago. El Reagrupamiento Nacional (RN) ha duplicado en diputados a la lista gubernamental. La formación de Marine Le Pen cuenta con el mayor número de diputados (30) en la Eurocámara, uno más que la coalición democristiana alemana CDU-CSU (29), seis más que los Fratelli d’Italia (24), diez más que los socialdemócratas italianos y los nacionalistas ultraconservadores polacos del PiS (20) y diecisiete más que los liberales macronistas (13).
Las elecciones anticipadas en Francia añaden otro factor de incertidumbre. Un político francés ha dicho que Macron se puede convertir en el “pirómano de la República”. Chirac intentó un gambito similar en 1997 para reforzar su mayoría en un momento de crisis y lo que obtuvo fue el triunfo socialista y unos años de cohabitación. En este caso, Macron cree disponer de su encanto persuasivo para hacer valer de nuevo el mantra de la defensa de los valores republicanos, pero ni la derecha conservadora ni los socialistas parecen de momento dispuestos a dejarse engatusar. Serán semanas políticamente intensas, no sólo en Francia, sino en toda Europa.
Por lo demás, la estrategia socialdemócrata de centrarse en “frenar a la ultraderecha” no ha funcionado. El verdadero peligro de estas elecciones era y sigue siendo la convergencia de las derechas, cuyos programas son cada vez más afines. El empeño socialdemócrata de anclarse en el centro para alejar a conservadores y liberales de la atracción ultra ha jugado claramente en contra de sus intereses y de sus votantes tradicionales.
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