13 de Junio de 2022
La primera
vuelta de las elecciones legislativas francesas apunta a una recomposición del
mapa político ciertamente no radical pero si bastante significativa. Centro
derecha e izquierda empatan virtualmente en torno al 25%. En una semana deben
definirse estrategias y coyunturas de ocasión. Los resultados del domingo dejan
las siguientes pistas.
1.- La
izquierda no ha recuperado aún un papel preponderante, obviamente, pero vuelve
a pesar en el juego de equilibrios. La clave es la unidad, por delante de un
programa que podría presentar discordias en caso de que fuera aplicado.
Sorprende que sorprenda, vale decir. Algunos analistas liberales no creían en
la respuesta de una base social tan clara a favor de una fórmula de convergencia.
Aún queda mucho trabajo por hacer, pero el 12 de junio puede haber marcado el
camino.
2.- El
partido presidencial tiene menos capacidad de convocatoria que su líder. Tampoco
debe extrañar. Más que una formación política, el entramado político pergeñado
por el Eliseo es una suma de fidelidades personales, ambiciones políticas a
corto plazo, escapistas del naufragio que ha sofocado a los partidos otrora
mayoritarios y en decadencia y arribistas de última hora. Una cierta dejadez de
Macron, un calculado distanciamiento y un exceso de confianza explican sus
pobres resultados de esta primera vuelta.
3.- El
nacional-populismo de Marine Le Pen confirma su vigor política. Con casi el
19%, mejora en cinco puntos los resultados de 2017. Aunque el sistema electoral
haga valerel próximo domingo su techo de acero, es evidente que Reagrupación Nacional
es un agente inescapable de la política francesa. Un factor puede contribuir a
confirmar su solidez el próximo domingo: los macronistas no han pedido
de momento el voto para los candidatos de la izquierda en aquellos duelos en que
se enfrenten a los ultraderechistas. El mito de la unidad republicana saltará
en pedazos. La conservación del poder por encima de los principios ya no tendrá
cobertura en los discursos apretados de campaña.
4.- La
derecha conservadora resiste en un 10% holgado, resultado pobre pero muy valioso
para el actual presidente, que la necesita para frenar el auge de la izquierda.
Otra ficción está a punto de diluirse: la que establece diferencias de fondo
entre el liberalismo modernizador de Macron y el conservadurismo liberal
de los antiguos gaullistas.
5.- La deriva presidencialista acentuada no es un factor único pero sí muy importante en la baja participación (la más débil en la historia de V República). El Parlamento se contempla como una institución de relativa relevancia, o bien sometida a la conducción de la jefatura del Estado o, alternativamente, como herramienta de obstrucción del Eliseo. La falta de confianza en las instituciones políticas aportan otro elemento de apatía. El sistema liberal se resiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario