19 de Septiembre de 2014
Escocia
seguirá siendo parte integrante del Reino Unido de Gran Bretaña. Una mayoría
algo más amplia de lo que auguraban las últimas encuestas (55%) ha dicho
"no" a la propuesta independentista. La diferencia entre las dos
opciones ha sido de casi cuatrocientos mil votos. La participación ha sido masiva,
en torno al 84%. Reacción significativa:
la libra ha marcado un récord de dos años con respecto al euro.
La
clave del triunfo 'unionista' ha podido residir en la percepción de que el auge
independentista innegable en los últimos meses obligará a Londres a conceder
una mayor autonomía a Escocia, como esta misma semana habían prometido (sin
precisiones) los líderes de los tres principales partidos británicos. De esta
forma, muchos indecisos durante la campaña, pero seguramente también parte de los
simpatizantes de la independencia, se habrían finalmente convencido de que se podrían
conseguir los objetivos de autogobierno sin los riesgos que entrañaba una
separación.
El
primer ministro escocés, Alex Salmond, después de admitir y aceptar
elegantemente la derrota, ha instado a los dirigentes británicos a cumplir sus
promesas de ampliar la autonomía escocesa.
En
su declaración institucional, el primer ministro británico, David Cameron, se
ha felicitado por el mantenimiento de la unidad del país y ha renovado su
promesa de ampliar los poderes autónomos de Escocia. Más aún, ha apuntado, sin
mayores detalles, un compromiso más amplio de descentralización en todo el
territorio británico, que podría otorgar más competencias a los órganos regionales
y locales.
Cameron
ha confirmado también el calendario avanzado por los tres principales partidos
durante la campaña. En el plazo de un mes (finales de octubre) se presentarán las
propuestas de ampliación de la autonomía escocesa; en noviembre se publicará un
"libro blanco" con el nuevo diseño autonómico; y a finales
de enero podría votarse en los Comunes una nueva ley de devolución para Escocia
(o Estatuto de Autonomía, para entendernos).
Las
propuestas manejadas en campaña por los dirigentes británicos contemplan
mayores competencias fiscales del gobierno escocés y un reconocimiento
explícito de los poderes constitucionales del Parlamento regional. Está por ver
si los tres grandes partidos -conservador, laborista y liberal- son capaces de
ultimar una propuesta unitaria, una vez conseguido el objetivo común de frenar
el impulso independentista. En todo caso, sería muy arriesgado que la coalición gobernante de
centro-derecha impusiera una posición muy restrictiva del autogobierno escocés
Los
independentistas escoceses tampoco pueden mostrarse ahora demasiado
intransigentes. No ocultan ahora su decepción, aunque antes de abrirse los
colegios electorales ya cobraba fuerza la percepción del triunfo unionista,
después de una semana de sondeos muy ajustados. Salmond ha hecho virtud de la
necesidad al insistir en la fortaleza del sentimiento independentista pero sin
cuestionar la victoria de sus adversarios. Su segunda en el gobierno regional, Nicola
Sturgeon, se ha declarado "personal y políticamente" decepcionada por
el resultado.
Este
guiño emocional es consistente con el clima político que se ha vivido Escocia,
y en particular en el campo independentista, durante la campaña. Las persistentes
incógnitas nunca resueltas sobre los principales factores de una Escocia
independiente (mantenimiento de la libra como moneda nacional, disponibilidad real del petróleo como
sustento de un ambicioso programa de servicios sociales, gestión de bancos,
fondos de inversión, pensiones o mercado energético, pertenencia a la Unión
Europea, compromisos con la defensa occidental, etc.) eran a menudos
contrarrestadas no sólo con argumentos más o menos racionales, sino también con
la invocación de sobreponerse a todas las dificultades.
Finalmente,
este impulso de la dignidad o el orgullo nacionales no ha sido suficiente para
lograr el "triunfo de la voluntad". Escocia no será de momento un
país independiente. Pero quizás se le parezca mucho más de los que sus
partidarios pueden ahora advertir.
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